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LA SONRISA MISIONERA

Hoy quiero compartir la felicidad de las hermanas Misioneras Franciscanas en la celebración de Santa María Bernarda Bütler, o como la oí nombrar siempre: La madre Bernarda.  Desde el año 2007 creamos el grupo misionero Anawim, y desde el año 2013 tenemos la alegría de hacer misiones con nuestros jóvenes en compañía de las hermanas Misioneras Franciscanas, que conocimos en Funza. A la Fecha he visitado muchas de sus casas de retiro, de formación, colegios, obras en gran parte de Colombia, incluso la casa de la comunidad dé Quito. Las hermanas evangelizan con el ejemplo franciscano, la aventura y la alegría. Pero desde el principio tanto yo, como los jóvenes de nuestra fundación encontrábamos en todas las casas, colegios, en cada salón y sobre todo en cada habitación donde fuimos alojados, un cuadro o una foto de la Madre Bernarda. Al principio me daba miedo y me parecía que la mujer de los cuadros tenia una mirada severa. Además, como la imagen utiliza el recurso pictórico de los ojos que te siguen por toda la habitación, me creaba una cierta angustia estar en su presencia, como si yo no debiera estar allí. Con los chicos de Anawim nos preguntamos mas de una vez por que el artista decidió escoger ese rostro tan calmado para el recuerdo eterno. Sin embargo, a los pocos días note algo que me sorprendió. A veces entraba en la habitación y parecía que no solo los ojos cambiaban de dirección, sino que descubrí una sonrisa dulce en su rostro. Como si con cada salida a caminar en misión, cada pregunta sobre san Francisco o sobre la misma Madre Bernarda, me fueran acercando a la familia franciscana. Y al comentarlo con los jóvenes que cada año van a misión, normalmente se ríen cuando les digo que a mi la Madre Bernarda me sonríe; pero pasados unos días siempre hay algún joven que me dice: Yo no le creía, pero es verdad, ahora el cuadro de mi cuarto sonríe. Claro, no es que el cuadro cambie, los que vamos cambiando somos los misioneros al acercarnos a las hermanas misioneras, y por ellas a San Francisco y la hermana Bernarda, y por ellos a Jesús. Empezamos a descubrir una mirada misionera que nos deja ver el rostro de paz, de calma y la sonrisa dulce y suave de esta santa de Suiza que llego a Ecuador y mas tarde a Colombia en busca de los pobres. Aun tengo mucho que aprender sobre ella, por eso cuéntame ¿tú que ves en su retrato?

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