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EL SOPLO Y EL SILENCIO

No siempre podemos construir el futuro de nuestra juventud, pero podemos construir nuestros jóvenes para el futuro.-Franklin D. Roosevelt.

Es sorprendente como aun a diario encuentro situaciones, poderosas, mi mente divaga sobre ciertas circunstancias inevitables, la vida nos enseña constantemente pero no siempre atendemos sus llamados.

 

Palabras que nos  devuelven la vida como lo es soñar, la vida no es sencilla, más aun así  nos proponemos a cumplir con ello lo lograremos. La realidad es dura siempre habrán ríos que cruzar, no obstante cabe destacar que  con determinación cruzaremos, la gente que hace algo diferente muchas veces tiene la razón, nos da miedo el cambio y cruzar ese  caudaloso  río.


La vida es solo una, lastimosamente corta y pocos entienden este concepto, de nada sirve que tengas sueños, si el miedo no te dejara culminarlos y seguramente  el tiempo transcurra y  si no tomas acción terminaras como muchos en los cementerios con los sueños enterrados, nos encerramos en cuadro de quejas lamentables, donde siempre hay un culpable para todas aquellas piedras que no hemos sido capaces de escalar. No seas invisible el silencio mata muy lentamente, si estas triste llorar, grita, se feliz, desahógate mas no te quedes abajo, busca salir y relucir. Da lo mejor de ti a donde quiera que vayas, TU eres grande, maravilloso(a) y expendido(a) pregúntate ¿cuantos serán felices con tu resplandor? algunos te odiaran, y querrán opacarte, puesto que envidiaran tu brillo más otros querrán seguir tu camino. Recuerda tu actitud es primordial, sueña, vive y disfruta de la mejor manera, sonríe a diario.es evidente, se paga un precio alto por ir tras tus sueños, PERO es más doloroso no ir por ellos.

 

(En los sueños, desempeñamos varios papeles al mismo tiempo, pero no en forma indistinta: nosotros somos uno de ellos; en él, actuamos y hablamos de manera directa, mientras que a menudo esperamos con ansia la contestación de otra persona, sin darnos cuenta de que somos nosotros mismos los que dominamos sus movimientos y su lenguaje tanto como el nuestro propio” Erwin”)

Autor: Briggite Arango

 

 


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